En el frente de la comisaría de Lomas de Tafí no quedó un solo vidrio sano. Las piedras y los cascotes los atravesaron y quedaron regados por el piso de la entrada. En la vereda estaban plasmadas las huellas del fuego, encendido a dos metros de la puerta por la multitud enardecida. Pero no sólo hubo destrozos materiales, sino que cuatro policías ensangrentados fueron trasladados al hospital.
Todo comenzó a gestarse en la esquina de Francisco de Aguirre y Ejército del Norte, donde ayer a la tarde se manifestaron los parientes y amigos de dos jóvenes fallecidos en un accidente de tránsito. Augusto Alejandro Cejas (20) y Franco Ramiro Ponce (11) eran hermanos y el sábado murieron cuando transitaban en moto por el sector 8 de Lomas de Tafí. Mientras que la Policía informó que las víctimas se cayeron luego de perder el equilibrio del rodado, a sus parientes les comentaron que habían sido arrollados por un camión. Pero ningún testigo aportó ese testimonio.
"Los chicos (por los manifestantes) son amigos de mis sobrinos y están indignados por lo que dijo la Policía", afirmó Julio Villafañez, tío de los hermanos fallecidos, luego de que la multitud se trasladara hacia la comisaría y arrasara con todo. "Los funcionarios y legisladores sabían que los ánimos estaban caldeados, si la mayoría nos ha prestado colectivos para que se movilice la gente, eran más de 300 personas", aseguró el hombre.
Villafañez estimó que la situación se desbordó porque un policía le habría contestado de mala manera a la mamá de las víctimas. "Le dijo que debe ser que su hijo andaba robando", relató. En ese sentido, apuntó contra la fuerza. "Para nosotros no hay garantías de que el comisario (Carlos) Carrillo (jefe de la comisaría) lleve a buen puerto esto, dudamos de las actuaciones que se han hecho". Y aclaró: "nosotros no queríamos llegar a esto".
Los disturbios fueron breves pero intensos. Carolina, una vecina del lugar, contó a LA GACETA que la Policía respondió las agresiones con balas de goma. De esa manera, lograron disipar a los manifestantes que estaban fuera de control.
Hasta eso, cuatro uniformados ya habían resultado heridos. El más grave era el segundo jefe de la Unidad Regional Norte, comisario Mario Rojas, que sufrió un corte en la cabeza. También fueron alcanzados por las piedras el sargento primero Héctor Díaz, que sufrió lesiones en el brazo; el cabo Daniel Toranzo, herido en las rodillas; y Miguel Ángel Lias, lesionado en la espalda.
Después de los incidentes, el secretario de Seguridad Paul Hofer explicó: "el hecho que la gente está reclamando es un accidente de tránsito, pero no hay elementos que acrediten que haya intervenido otro vehículo". El funcionario aclaró también que el personal de la comisaría no tuvo ninguna responsabilidad en el caso. "Hemos sufrido las lesiones de cuatro policías y los destrozos de vehículos particulares y públicos, y del edificio. Además, han sustraído handies y elementos de comunicación de la Policía. Esto fue vandalismo", remarcó Hofer.
Ante la dimensión de los daños, el fiscal Washington Navarro Dávila ordenó la detención de dos jóvenes que habían sido aprehendidos entre los revoltosos.
¿Los manifestantes eran de la zona?
No. La mayoría era de Villa Muñecas, donde vivían los hermanos que murieron en el accidente.
¿Por qué protestaron en Lomas de Tafí?
Porque el accidente ocurrió en esa zona e intervino personal de esa comisaría.
¿Qué hicieron los vecinos?
La gente que vive cerca de la comisaría se asustó y se encerró en sus casas cuando empezó todo.
¿Qué dijeron después?
Los vecinos se quejaron por los disturbios, pero también reclamaron que el barrio es inseguro.
¿Ese reclamo se conocía?
Sí. Los vecinos ya habían denunciado públicamente que los robos son constantes en la zona.